Palmera Manila
La Palmera Manila o “Christmas Palm Tree” (Anodinia Merrilli) es nativa de Filipinas. Se le conoce también como palmera de navidad porque, en regiones de Florida y California, exhibe su racimo de frutos color cereza durante el invierno. En cambio, en climas tropicales, sus frutos rojos se presentan al inicio del verano. También se le conoce como “palmera real enana”, aunque pueden alcanzar tamaños señoriales, dependiendo de sus condiciones de ubicación. Tienen un solo un tronco que da soporte a una corona de hojas pinnadas que pueden medir hasta tres metros de largo cada una. En su ciclo de floración, se adornan con un gran ramillete de flores blancas entre la parte más alta de su tronco rugoso y la sección del tronco liso de color verde, que luego se transformará en un enorme racimo de granos verdes hasta llegar a convertirse en cerezos color púrpura.
Usualmente, la palmera Manila se cultiva a cielo abierto, de preferencia en climas donde la temperatura no sea menor a 2 grados centígrados. Ahí pueden alcanzar una altura de alrededor de 20 metros. Y cuando se siembran de manera alineada en bulevares, camellones o accesos residenciales y en espacios deportivos o de esparcimiento, ofrecen vistas majestuosas.
También se pueden cultivar en interiores, tanto en áreas de descanso o en vestíbulos de hogares, establecimientos comerciales y oficinas. Cuando cuentan con suficiente luz solar, tierra, riego y abono, pueden alcanzar alturas superiores a los cinco metros y una fronda verde abundante. En macetas más acotadas, presentan alturas de menos de tres metros y una vistosa fronda verde; incluso crecen en espacios que cuentan con luz solar restringida, siempre y cuando reciban el abono y riego adecuado.
Hay que recordar que les lleva un tiempo adaptarse a la condición de planta de ornato interior; una vez que lo hacen, brillan con esplendor propio.
Manejo de la Palmera Manila
El atractivo de cultivar estas palmas en casa no sólo se debe a que añaden un lujoso componente tropical al ambiente hogareño sino que son bastante fáciles de cuidar. Lo ideal es ubicarlas en rincones donde reciban la brillantez de la luz solar, aunque también pueden tolerar su ubicación en lugares sombreados. La temperatura ideal debiera ser entre 16 y 24 grados. El macetón debe regarse con regularidad para garantizar su humedad relativa, evitando que la tierra se humedezca demasiado porque puede causar que las raices se pudran. Es aconsejable humedecer sus hojas al menos tres veces a la semana con un rociador de agua y no usar fertilizantes líquidos sino polvos de liberación lenta cada 4-5 meses. La poda de sus hojas secas es sencilla porque la propia palma se encarga de desecharlas.
Este tipo de palmera es resistente, pero hay que atenderla periódicamente para lograr su mayor esplendor. Su mejor fertilizante es el Potasio, aunque también necesitan magnesio, nitrógeno y hierro; ingredientes que deben ser de liberación lenta. Los fertilizantes de venta en paquete más recomendables son el 8-2-12, 6-1-8 o 12-4-12, siempre y cuando incluyan boro. Hay que cuidar que no incluya óxidos. Se debe regar antes de abonar alrededor de la fronda (no cerca del tronco). Es importante regar también después de colocar el abono. ¿Cuándo es mejor? A principios de primavera, mediados de verano e inicio de otoño. No deben fertilizarse cuando están recién plantadas. Es recomendable abonar hasta que le salgan pencas nuevas (alrededor de dos meses después de plantadas).
Un enemigo a cuidar es el amarillamiento letal, transmitido por el insecto Myndus Crudus. A diferencia del envejecimiento normal de una hoja, en este caso se observan los primeros síntomas en todas sus hojas; por lo que es necesario aplicar un programa de inoculación antibiótica que consiste en hacer un pequeño hueco en el tronco e insertar un popote delgado, a través del cual, se inyecta la solución antibiótica requerida. Por lo demás, es muy sencillo mantener la salud idónea y estética minimalista de la palmera Manila.